Carlos Buitrago pareció no entender que Noé Medina era un alma ambulante y que cuando lo conectaba, las piernas le vacilaban.
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| Foto. HOY |
Su pecado fue no buscar ese nocaut que todo el público creía probable desde abajo, por eso lo incitaban, pero él siguió estando del lado de la cautela y Medina hasta le pidió más en sus narices.
“Chocorroncito” caminó la ruta de los ocho asaltos sin ser necesario y le faltó mostrar esa llama que hubiera dinamitado a Medina en cualquier momento. Ganó sin objeciones, pero le convenía más el golpe fulminante y grotesco que ser precavido ante un contendiente de la talla de Medina. Ese instinto de matador no se vio por ninguna parte.
“ESTOY CONTENTO”
“No perdí la paciencia. Me dediqué a ganar round por round. Medina aguanta porque aguanta, sobre todo arriba, le conecté buenos ganchos, pero no opté por salir con todo, por temor a quedarme sin aire, sin embargo, estoy contento de haber hecho una gran presentación”, dijo Buitrago, cuyo volado de izquierda desorientó en los primeros asaltos al mexicano.
En este punto de su carrera, de “Chocorroncito” solo se esperan victorias contundentes.
No es suficiente para alguien como él imponerse brillando medianamente frente a rivales cómodos, más si pretende causar un impacto mayúsculo en la búsqueda de un combate eliminatorio que haga florecer de nueva cuenta el sueño de un campeonato mundial.
Un juez lo vio ganar con margen de 79-73 y dos dieron 80-72. Buitrago ahora tiene 30 triunfos con 17 nocauts y dos derrotas.
La excitación pura surgió del combate semiestelar en el que Eliécer Quezada acabó venciendo por dos puntos a José Cordero. De campana a campana se fajaron como dos sentenciados a muerte que negociaban la anulación de su condena.
Un reporte de HOY
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