Everth Cabrera jugó ayer en su mejor etapa con los Padres de San Diego, exhibiendo buen tacto y una velocidad desconcertante. El nandaimeño aprovechó que los Medias Blancas de Chicago le dieron la titularidad y como primero en la alineación hizo su trabajo; conectó dos imparables en cuatro turnos al bate, anotó tres carreras y robó en par de ocasiones la segunda base, haciendo crecer las esperanzas de que pueda quedarse en el róster de 25 peloteros.
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Foto: La Prensa |
Colocado en las paradas cortas, Cabrera apareció en escena en el primer episodio para retar al abridor de Cincinnati, Brandon Finnegan, quien no se imaginaba que frente a él estaba el artillero que de forma rápida lo pondría atrás en el marcador. El nandaimeño tardó un parpadeo para descifrar a su adversario. Bastó un swing potente para que Cabrera alcanzara la segunda almohadilla gracias a un doblete por el jardín izquierdo, luego avanzó a tercera por rodado de Leury García y anotó tras un roletazo de Tyler Saladino por la antesala. De tal forma, el nicaragüense se convirtió en el protagonista de la primera anotación de los Medias Blancas, cuyo picheo no pudo conservar tal ventaja y en tan solo el cierre del primer episodio los de Cincinnati se adelantaron 5-1.
Fue en la tercera entrada que el oriundo de Granada retornó al cajón de bateo para seguir con su momento de inspiración, pero con dos outs en la pizarra y ante el relevista Raisel Iglesias, no pudo y falló en rodado al short stop Zach Vincej. Esta vez el pinolero no logró conectar la pelota de tal forma que esta viajara hacia una zona libre de defensores. Dos innings más tarde y con hombres en la primera y segunda almohadilla, Everth volvió al escenario y Drew Storen se encargó de dominarlo mediante roletazo al short stop.
En su tercera visita al cajón de bateo, Cabrera presentó credenciales de merecedor de un puesto, no porque haya ligado otro imparable, sino porque corriendo hizo que a la mente volviera el recuerdo de aquel Everth que en el 2012 fue capaz de robarse 44 bases con el uniforme de los Padres de San Diego. Tras alcanzar la primera almohadilla gracias al golpe que le diera el relevista Nefi Ogando en la parte alta del séptimo episodio, Everth salió al asalto de la intermedia y logró su objetivo, quedando listo para luego anotar por segunda vez en el juego, gracias a doblete de Leury García.
La noche no pudo cerrar de mejor manera para Cabrera, quien en su último turno al bate descifró a Austin Brice, conectándole un sencillo para luego robarse una vez más la segunda base y anotar la última carrera de su equipo, que venció a los Rojos de Cincinnati 10-9. El de ayer fue un Cabrera que despierta muchas esperanzas, quien hace creer que es posible que se quede en róster de 25. Claro, queda un largo camino por recorrer, pero el muchacho está mostrando ganas y garra.
Cuthbert no carbura
Por su parte, Cheslor Cuthbert, de quien recientemente el mánager Ned Yost dijera que podría turnarse con otros jugadores como defensor de la segunda almohadilla, sigue sin mostrar señales de su buen bateo en el Spring Training. Ayer, en el juego que los Reales de Kansas City les ganaron 6-3 a los Cerveceros de Milwaukee, el costeño bateó de 2-0, incluyendo un ponche.
En su primer turno, que fue en el segundo episodio y ante Joba Chamberlain, Cheslor viajó de forma gratuita a la inicial tras recibir cuatro envíos malos. En el cuarto inning, el estadounidense Michael Blazek lo ponchó y en el sexto el puertorriqueño Hiram Burgos lo dominó en elevado a las paradas cortas. Luego el pinolero fue sustituido por Hunter Dozier.
En su debut en el Spring Training, Cuthbert bateó de 2-0 ante los lanzadores de los Vigilantes de Texas, por lo que hasta ahora suma cuatro turnos sin conectar de imparable. Un inicio nada alentador para quien necesita demostrar que es un pelotero de mucha utilidad, tanto defensiva como ofensivamente.
Fuente: END
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