Dueño de una izquierda respetable, al tailandés Srisaket Sor Rungvisai se le considera un noqueador nato, capaz de derribar una pared con un solo estruendo. En la otra acera, Román “Chocolatito” González, el flamante tetracampeón mundial nica, dueño de un técnica exquisita y una capacidad abrumadora, mina a sus rivales hasta llevarlos al borde del precipicio y noquearlos inmisericordemente.
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Foto: END |
Dos estilos parecidos y peligrosos se enfrentarán el próximo sábado 18 de marzo en el Madison Square Garden de Nueva York, por el codiciado título Mosca (115 libras) del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), en poder del nica pero que en algún momento le perteneció al tailandés, que cambió el Muay Thai por el boxeo.
No esperen round de estudio, ambos púgiles subirán al ring enfocados en desarrollar el tren de pelea que desde el inicio de sus carreras les ha dado éxito. Ir hacia el frente, tratar de asumir las riendas del enfrentamiento y disparar golpes desde todos los ángulos. ¿En qué radica la diferencia? La respuesta es simple: técnica. Rungvisai es un suicida y Román es un estilista ejecutando combinaciones.
¿Quién tiene la ventaja? En el tapete de los pronósticos Román es favorito para imponerse, sin embargo, eso puede ser relativo si se analizan los números de forma fría. La ventaja del tailandés es que dispone de una poderosa pegada que puede terminar un combate en al menos la primera mitad de la pelea.
Los números reflejan que el tailandés es una bomba de tiempo en los primeros cinco asaltos, pero a partir del sexto se convierte en una presa fácil, muy permisivo en la defensa. Imaginense, Sor Rungvisai ha noqueado a 34 de sus 38 rivales en la primera parte del combate. Y es lógico, disponiendo del oxígeno suficiente, una locomotora tirando golpes, tomando riesgos sin miedo a morir.
Román también es un peligro en los primeros asaltos, pero su frecuencia de nocaut es un poco más balanceada si la comparamos con la del tailandés. González noquea a 30 rivales entre el primero y quinto asalto. Del sexto al doceavo suma solamente ocho: tres en el sexto, tres en el séptimo y dos en el noveno.
Si la pelea pasa del décimo, es improbable que aparezca un nocaut por cualquiera de las partes. Ninguno ha noqueado en los tres últimos rounds de una pelea, mientras transcurren los minutos, mantienen la fogosidad, pero sus puños se convierten en algodón.
Dos años noqueando
Desde su última derrota a manos de Carlos Cuadras, el 5 de mayo del 2014, el tailandés suma 17 triunfos, 16 por nocauts. Prácticamente han sido casi dos años en los que Rungvisai noquea rivales sin darles el mínimo respiro. Eso sí, hay que tomar en cuenta que la mayoría de esos pugilistas a los que enfrentó son de récord discreto, incluso figuran debutantes.
Curiosamente, Román cumplió este mes 15, meses de no noquear. Su última víctima por la vía rápida fue el hawaiano Brian Viloria, el 17 de octubre del 2015, precisamente cuando peleó por primera vez en el Madison Square Garden. Desde esa pelea venció a McWilliams Arroyo y Carlos Cuadras por decisión unánime.
Los números de ambos pueden ser interesantes pero a la vez engañosos, acercándonos o separándonos de la realidad. Lo cierto es que estos púgiles disponen del mismo porcentaje de nocauts (83%), sin embargo el tailandés llegará al pleito con un ritmo frenético de triunfos por la vía del cloroformo. Eso no significa que Román no pueda resolverlo en un suspiro.
¿Quién pega más fuerte? Están igualados en poder, aunque la lógica indica que la técnica y excelencia debe imponerse a la bravura y fogosidad incesante. El próximo sábado lo sabremos con certeza, pero todo hace indicar que uno sucumbirá antes de los 12 asaltos.
Fuente: END
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